Aunque haya vacunado a su gato contra la grave “gripe del gato” sigue estando expuesto a unas 100 formas más de resfriado (incluso la vacuna contra la clamidiasis sólo lo inmuniza frente a 8 o 9 formas de resfriado común). Síntomas: ojos llorosos, estornudos y tos, incluso congestión nasal o de pecho. En casos graves mucosidad densa amarillo-verdosa, con o sin sangre. Tratamiento: antibióticos en jarabe, comprimidos o gotas nasales.
TOS EN GATOS:
Debido a que los gatos pueden estar bastantes horas del día solos, la tos puede pasar desapercibida en muchas ocasiones si ésta no es muy frecuente y si no interfiere con su actividad normal. Podemos a veces encontrarnos con gatos que padecen cuadros avanzados o crónicos la primera vez que llegan a nuestra consulta debido a que la tos puede ser difícil de interpretar para algunos propietarios al ser confundida con arcadas, estornudos e incluso con problemas digestivos si la tos acaba en vómito. También vemos gatos con problemas graves que afectan al parénquima pulmonar como pueden ser pneumonías, compresión pulmonar por derrame pleural, compresiones mediastínicas por masas... y sorprende que la tos no se produzca o bien ésta esté apenas presente. Se debe a que a diferencia con el perro, los gatos no poseen receptores de tos en los alvéolos ni sacos alveolares, por lo que la tos no se produce en estas patologías.
Es muy infrecuente también que las patologías cardiacas en gatos cursen con tos, a diferencia con el perro.
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